miércoles, 31 de octubre de 2007

ACCIONES ESPONTÁNEAS PARA LA SOCIEDAD NORMALIZADA

En adelante es posible que expliquemos en este blog ciertas acciones urbanas que lejos de ser felices ideas sirven para hacernos comprender el estado de la sociedad en las grandes urbes.

Estas acciones no estarán por lo general encaminadas a proponer nuevas soluciones sobre la ciudad y sus espacios, serán más un vehículo (llamese artístico si se quiere) o herramienta para la comprensión de esos modos de actuar de la sociedad global.

Sin duda estas “acupunturas urbanas” como dice Jaime Lerner pueden ser elementos sumamente útiles a la hora de resolver problemas de actuación más completos y/o menos efímeros.

En todos los resquicios en los que los editores de este blog se hayan incrustado para definir espacio (Que no arquitectura) se ha encontrado un modo virtual de crear un espacio nuevo, siempre muy lejano a la tecnología y sobre todo muy lejano al espacio virtual que nos ofrece la informática.

La “performance” de andar por casa que hoy recetamos se puede desarrollar en un ámbito coartado por las normas del buen hacer como una discoteca o bar de copas de una gran ciudad aunque se pueda también aplicar a otros espacios al gusto del lector.

(si no hay romero pueden utilizar orégano)

Toda performance debe ser explicada como una receta de cocina:
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Recipiente:

Discoteca reputada o espacio al gusto: aquel lugar en los que es imprescindible para acceder una indumentaria adecuada para el evento, zapatos, camisa etc…

De ahí que les recordemos que deba ser un recipiente con normas de protocolo prefijadas.

Dentro de este sitio es importante escoger cuidadosamente un rincón concreto en el que se pueda trazar una circunferencia de unos tres metros de diametro aproximadamente.

Ingredientes:

Solo dos...

Amigas/os con ganas de reírse un buen rato.

Y el ingrediente más importante;

ZAPATOS.
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Una vez considerados todos los ingredientes escogemos un lugar de la discoteca en el que todo el que esté en su interior se descalce formando de este modo un círculo con sus zapatos.
Asombrosamente comprobaremos como nadie es capaz de entrar en este ámbito sin descalzarse aun sabiendo que el pavimento es exactamente el mismo que el que pisa.
Para el discotequero borracho existe una regla no escrita que le impide cruzar nuestra barrera virtual de calzado para acceder. Se crea entonces la exclusivísima zona vip de los que andan sin zapatos.

Es decir:

Es posible que no exista libertad en un espacio público por temor a represalias de un jefazo invisible o de una figura de poder. La gente acata normas aunque estas no tengan sentido y prefieren ir calzados con mocasines para entrar en un local en el que al final le obligan a descalzarse.

Advertencia: Como resultado final pueden terminar en la calle usted y sus zapatos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

es muy explicativo de las actitudes coartadas, de aceptación acrítica de normas, aunque sean absurdas, que abundan en sitios como una "famosa" discoteca.