martes, 13 de mayo de 2008

LA MUERTE TIENE UN PRECIO

César Portela ganador del premio de Arquitectura Española en 1999 por su obra en la estación de autobuses de Córdoba, se queda sin poder “lucir” otra de sus grandes aciertos en la actual arquitectura española.

Cuando en casa, una mañana de domingo cocinando con mi padre, debato sobre las “nueva” estética arquitectónica, y los nuevos proyectos que tenemos en mente, y preguntando con un tono algo extrañado me dice “¿Y esos cubos tan feos te enseñan en la escuela?” intento explicar, la verdad sin mucha recompensa, el porqué de la formalización sincera y francamente valiente de los proyectos de un arquitecto de 70 años.

Según el artículo de cultura en la versión digital www.elpais.com, el jardín de aromáticas que diseñó Portela ha quedado sepultado bajo las margaritas silvestres, las dedaleras y el carrasco.

Parece ser que mi padre no es el único que se extraña o critica esta arquitectura que nos emociona y admiramos ya que el cementerio de Portela sigue provocando rechazo entre muchos vecinos. Los mayores quieren sepultar a los suyos en un lugar "más acogedor".

Según dicho artículo, 10 años después de la construcción de la obra los sucesivos gobiernos de diferentes colores de la ciudad en Fisterra (A Coruña) “se pelean” y nunca llega a nacer el cementerio muerto de Portela. Emplazamiento, pagos, diferencias administrativas o simplemente dejadez, retrasan infinitamente un proyecto que ya no tiene sentido.

Parece ser que mi padre no es el único.

Finalista de los premios Philippe Rotthieer (2002) y Mies van der Rohe (2003), reconocido como una de las mejores obras funerarias del mundo por Oxford y alabado en unas 50 publicaciones, se queda en eso, en nada.

Espero que cuando tenga que “visitar ” de forma prolongada uno de estos hoteles sea una obra realizada con el rigor y el buen sentido arquitectónico como la realizada por el señor Portela.

Seguiremos adelante.

Fotos: Sole www.manuelgago.org

Enlace a la noticia de EL PAIS

2 comentarios:

Anónimo dijo...

espero y deseo que me entierren allí junto a las personas que amé, discutí y besé cientos de veces, y que cada vez que estaba con ellas más me daba cuenta que quería con locura. un abrazo a los surconscientes, entre los que creo que me encuentro, y espero segui queriendo toda mi vida porque se que son unos genios

Irene dijo...

No sé si reirme al leer esto porque a mi me pasa algo parecido con mi padre y con mi hermana, para mi madre soy directamente una extraterrestre.

Los cementerios son los grandes olvidados de las ciudades y normalmente los grandes denostados también.

Es curioso ir por Oxford casi pisando tumbas por la calle, allí tienen o tenían la costumbre de enterrarlos entorno a la iglesia y si esa iglesia ahora es céntrica te comes las tumbas en mitad de las aceras.