martes, 25 de diciembre de 2007

LA CIUDAD INVISIBLE. (1)

La ciudad como sede de la imaginación distópica.

Los casos de Metrópolis, Blade Runner y Farenheit 451

La distopía es una utopía en forma negativa, en ella la realidad pasa en valores contrarios a lo que sería la llamada sociedad ideal, diferenciándose de la utopía según el punto de vista que le otorguen el propio creador, o el espectador.

Metrópolis. Director: Fritz Lang. Año: 1927.

En esta película de ciencia ficción recreada en 2026 y dada la época carecía de música y voz, al menos en un principio, porque la última versión que pasó por nuestras manos se la habían cargado poniéndole una tediosa banda sonora, trata de unos obreros que viven en un submundo industrial y subterráneo, en el cual están encerrados obligados a no salir de ese lugar cavernoso, algo así como los mutantes que viven bajo Nueva Nueva York en la serie Futurama, la trama de la película se desarrolla en esta distopía urbana futurista.

Una obra vanguardista, que expresa los valores del expresionismo alemán, ojos y labios pintados en los hombres; contorsiones, gestos y espasmos excesivos… La vida en esta sociedad consiste en que cada uno acepte su destino. Los magnates de la economía son el cerebro, y los trabajadores sus mulas de carga.

Las ciudades espontáneas de Archigram pertenecen a este sistema de universos contrapuestos, las elocuentes herramientas gráficas comunican la alegría que expresa el color en tan conmovedora, persuasiva, ociosa y festiva ciudad, como si se tratase de un parque de atracciones, el gusto por las megaestructuras de mediados de siglo pasado y por lo circense.


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